domingo, 15 de mayo de 2011

Fragmentos y ocasiones (segunda parte)

(Liminar)

Cómo empezar a escribir esto que ya está escrito y que veo y percibo pero no sé cómo expresar, es quizá la pregunta que se me antoja más difícil y más frecuente para empezar cualquier cosa. Porque la idea ya estaba allí, el baile, la canción, el beso, la despedida, el libro, el poema; y todas estas cosas sólo deben decirse de modo correcto. Un buen escritor se enfrenta todos los días a esta pregunta, y aunque no pretendo hacer crítica ni mucho menos (no podría; siempre quiero decir una cosa y me sale otra) sí pretendo expresar una idea. Lo intentaré.

I

Te vi mientras bailabas y yo no podía seguirte;
te pensé en los momentos en que vi que la muerte
no era ningún motivo de tristeza.
¡Ay!, cómo te pensaba por aquellos días, cuando
era sólo un hombre enfermo. Y qué pesada y
trascendental (en una palabra, romántica) era mi
escritura y mis pensamientos. Aunque no pienso
que haya que negar todo lo anterior -me conoces-
y sabes que algo admiro yo: lo profundo.

II

ya te vi mucho y si me fui tanto
hacia atrás era sólo porque estaba tomando
impulso. Sin oponernos
a nosotros mismos y sin
establecer barreras de defensa, ambos sabemos
que para decir algo hay que estar feliz, porque sino
lo único que se consigue es lastimar o una palmadita
lastimera en la espalda. Y lo que ambos queremos es
la fuerza, ¿verdad? Por eso es que no te hago la guerra,
ni me la hago a mí:
la hago contra las cosas bien dichas.
¿Vas a escribir? Lleva contigo la fuerza, la vida -los pensamientos
déjalos en tu casa-; no lleves un esfero, y no escribas nunca
triste: dirás sólo cosas enfermas y dañinas.

III

Te miro a la cara y te sonrío, como hacen los viejos amigos; te digo cuanto me viene a la mente (incluyendo todos los te quiero que te guardé para tu regreso, ese que nunca se dio) y sé que ahora sí todo estará bien: y tú vuelas y yo te veo desde la tierra, total, ¿para qué nos vamos a intercalar? Hablemos desde la vida y no desde la muerte; ya no estoy cansado y sólo pienso en decir las cosas cuando sea el tiempo. Me guardo. Te ocultas. ¿A qué jugamos? -A ser felices, a eso.