sábado, 3 de agosto de 2013

Algún día seré capaz de contar la historia

"Tú debes estar vivo. Solamente vivir
Hasta el final"
Boris Pasternak

Algún día seré capaz de contar la historia,
sin sentimentalismos ni fanatismos.
Sé muy bien que un día nos reiremos,
y lloraremos, 
juntos y por separado,
porque sabremos, como siempre supimos,
que todo esto, no era sino un juego.

Algún día, querida, te diré lo que pienso.
Seré honesto, como solía serlo,
y te contaré mi historia,
sin mentiras, sin rodeos.
No para que me entiendas,
ni para que te enteres,
sino pa' que me quieras,
por lo que soy y lo que siento.

Mientras tanto, sigo buscando las rutas,
los caminos y las fuentes.
Estoy buscando el camino, el bosque,
el país perdido, la magia, la alegría,
y también, la comida caliente.

También he buscado el aplauso de los hombres; 
su regocijo, y su mentira.
He buscado al hombre, y al hombre
he querido, así muchos no lo crean.
Y me ha costado el mundo,
me ha costado la tierra,
porque todo es caro en esta vida,
hasta las risas, y una que otra pena.

Mas yo he mirado, 
y por eso, sé lo que es,
haber sido y haber rechazado.
He sido todos los hombres,
he sido el rico y el pobre,
el niño, el solitario, el asceta,
el del pueblo, el empleado, trabajador,
honrado, mediocre, mentiroso,
y todos, a su modo, son bellos.

Todos han sido amantes,
todos han sido amados.
Por eso sé con certeza,
que esta historia, esta que yo cuento,
no es más ni menos importante,
que lo que tenga que decir,
el ministro en su ministerio.

Algún día yo diré todas esas cosas,
y las dirán los demás. Porque de cuando
en cuando, los hombres se acuerdan
que hubo un tiempo, remoto ya,
en que las penas se curaban bailando.
Y en que la risa se calmaba llorando.

Mas no me quiero poner fatal.
Y cuando toque, nos iremos,
así que hay que irse riendo,
porque el poeta preguntó,
"¿qué pretende la gente con su 
determinación de disfrutar?"
Y yo le digo: pretende vivir la vida,
sin engaños ni trampas,
y quiere bailar y soltarse,
dejarse ir hasta que acabe.

Llegará el día en que nos digamos las cosas
totalmente sin rodeos. Así, como cuando dicen 
algunos que habla el hombre sincero. 
Porque es difícil no sucumbir al halago,
y más difícil es sucumbir a la verdad.
Y toda esta perorata, señoras y señores,
porque la palabra quiere palabra,
el verso con verso baila,
Y yo solo quiero bailar...
Solo quiero verte bailar.