Amor, amor, amor,
nos ocupamos de nuestro amor;
dolor, dolor, dolor,
nos olvidamos de nuestro dolor.
Huímos una vez, de la mano,
a mi país. Quise darte un
para siempre que
no pudo ser.
Pudimos revivir esos momentos
de infinitas alegrías compartidas,
y al final, dimos vuelta -por el miedo-,
a nuestra desdicha.
Te quise, cómo te quise,
mi vida, mi amor...
Tu eras mi dicha, mi sueño,
mi dulce pasión.
Quisiste regresar a aquellos días
como miel, dulces sitios de alegrías,
de frescor y de placer.
Mas fue tarde, siempre fue tarde,
entre tu y yo, esto jamás podía ser.
Y no me aflijo, corazón,
tu sabes mejor que yo,
que te he visto pasar ilusionada.
Y te quiero, te quiero, te quiero.
Ahora que me veo, nuevamente
ilusionado, que te quiero y que
te llevo, como un bello recuerdo,
sé muy bien que pasará, cuando
la vea a ella pasar.
Y le diga que la invito nuevamente
a viajar, que la quiero y que la quiero
y no la quiero abandonar.
Sé muy bien que nacerá, como antes,
otra vez...
un nuevo amor.
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