Nota Bene: Esto es lo que hago en lugar de estar haciendo mi reseña y, por otra parte, es un sentimiento inspirado en la obra que lleva el mismo nombre de mi texto del compositor Eric Satie. No podría yo decir que es un tributo, me quedaría corto, pero si puedo decir que es el sentimiento que me produce escuchar esa pieza, y nada más.
Yo me fui: ¡ya me fui!
porque no soportó verme callar,
porque no soportó oírme hablar...
ni mi torpeza ni mi voluntad
en suma no me soportó.
No soy para soportar; ¡nadie es para soportar!
pensé que era mi excusa y que yo no la soportaba
pero, cuando me di cuenta, yo ya odiaba
por eso me fui; porque no me quiso,
no me amó y yo tampoco amé.
No tuve el ánimo ni la disposición
para hablar de algo poco adulador
por eso le dejé por eso le olvidé
por eso le pensé
y pensé que si deseaba algún bien mayor
sería un hombre mejor. ¿Para quién va el deseo?...
y ya no quise ser mejor, no quise ser peor
y no habiendo nada yo tuve que dejarle.
No podía hacer más mientras nos matamos
con palabras y silencios, con lágrimas y lamentos...
yo me fui alejando... también se alejó de mí.
Nos engañamos; no quisimos ver
y por todo eso yo no le maté
pero si le dejé
porque abandonar es igual a olvidar,
y yo ya olvidé y también me olvidó
porque no fue fácil para ninguno de los dos,
y a decir verdad era lo mejor
por eso y por todo, por esto y por aquello,
evitando y olvidando le fui abandonando;
porque nunca le importé, nunca me importó:
¡porque nunca supimos qué eramos los dos!
luego vino el corcho: el entorpecedor
y todo acabó en un final mejor
así resultó la pasión, así habló la aniquilación,
así pensó la teodicea, así pensó nuestra paciencia.
No fue necesario sufrir, solo fue necesario salir
a caminar o a existir.
En realidad da igual y ya no hay nada
ni para esperar ni para retomar. Por
eso y por todo, por esto y por aquello
ambos nos dejamos: nos abandonamos.
Nos quisimos mutuamente y no supimos por qué,
porque eso nunca se sabe, -porque eso no se entiende-
y asimismo nos dejamos en un acuerdo tácito
como esperando el acto.
Así fue pasando el tiempo y fuimos felices;
así fuimos a andar con dedicación y voluntad.
A pesar de todo no te haría hablar,
ni te haría pasar, ni te haría llamar.
¿Por qué me dejaste?
¿Qué le dirás a Dios cuando sepa
que me mataste? ...Él ya lo sabe
y tu responderás
"era necesario; ese era mi trabajo"
y yo diré contigo "era necesario": luego
ambos habremos sabido que hubo mutua vejación
y por eso habremos sufrido -si es que ya hubo perdón-
porque no hay dolor más grande que el de un gran perdón.
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