viernes, 20 de julio de 2012

Se fuerte y muere.


Respira profundo mientras tus pulmones funcionen como deben.
No sonrías si no eres sincero; di lo que piensas sin temor.
Busca en tu propio corazón las historias que serán
el futuro de tu vida; inventa, que no te pasará nada malo.
Sueña, que igual despertarás una que otra vez.
Sé duro y sé honesto. No abraces ni felicites ni alabes cuando no te creas.
No des jamás consejos. Vive la vida. No escribas si no lo necesitas. 
(Hay personas que no pueden vivir sin escribir. O viven para escribir).

Cuéntale cuentos a la persona que amas. Olvídate de lo que eres 
y lo que puedes llegar a ser. No te aflijas por lo que hagan los demás.
No creas en el arte superior, ni privilegies nunca concepciones
exageradas de la vida, el arte y todo lo que huela a creaciones divinas.
La divinidad es asunto de santos no de hombres, así que no te tomes demasiado
en serio lo que sea que te dediques a hacer, aunque hazlo con el amor
que se requiere.

Recuerda siempre que la vida te dará de lo que le des, que el
mundo es tuyo y no te pertenece. Ten presente que estamos
aquí por un día o dos, y eso es todo. No te canses de ti.
Para eso, cambia siempre, no temas. Cambia todo lo que quieras.
Llora. No pienses. Piensa. Sé. Vive. Muere.

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