viernes, 20 de julio de 2012

The blessed by W.B. Yeats (original and translated)


    Cumhal called out, bending his head,
    Till Dathi came and stood,
    With a blink in his eyes, at the cave-mouth,
    Between the wind and the wood.
       And Cumhal said, bending his knees,
      'I have come by the windy way
      To gather the half of your blessedness
      And learn to pray when you pray.


      I can bring you salmon out of the streams
      And heron out of the skies.'
      But Dathi folded his hands and smiled
      With the secrets of God in his eyes.


      And Cumhal saw like a drifting smoke
      All manner of blessed souls,
      Women and children, young men with books,
      And old men with croziers and stoles.


      Praise God and God's Mother, Dathi said,'
      For God and God's Mother have sent
      The blessedest souls that walk in the world
      To fill your heart with content.'


      And which is the blessedest,' Cumhal said,
      'Where all are comely and good?
      Is it these that with golden thuribles
      Are singing about the wood?'


      'My eyes are blinking,' Dathi said,
      'With the secrets of God half blind,
      But I can see where the wind goes
      And follow the way of the wind; 


      'And blessedness goes where the wind goes,
      And when it is gone we are dead;
      I see the blessedest soul in the world
      And he nods a drunken head.


      'O blessedness comes in the night and the day
      And whither the wise heart knows;
      And one has seen in the redness of wine
      The Incorruptible Rose,


      'That drowsily drops faint leaves on him
      And the sweetness of desire,
      While time and the world are ebbing away
      In twilights of dew and of fire.'


      Bienaventuranza (Versión en español.)

      Cumhal gritó, meneando la cabeza,
      Hasta que Dathi llegó y se detuvo,
      Con un destello en sus ojos, en la conmisura de los labios
      Entre el viento y la madera.

      Y Cumhal dijo, incándose de rodillas
      "He venido por la vía del viento
      Para reunir la mitad de tu bienaventuranza
      Y a aprender a orar mientras oras.

      Puedo darte salmón sacado de las corrientes
      Y garza sacada de los cielos".
      Mas Dathi plegó sus manos y sonrió
      Con el secreto de Dios en sus ojos.

      Y Cumhal vio como un humo a la deriva
      Toda clase de almas benditas,
      Mujeres y niños, jovenes con libros,
      Y hombres viejos con báculos y chales.

      "Alabanza a Dios y a la madre de Dios", dijo Dathi,
      "Por Dios y la madre de Dios han enviado 
      Las almas mas dichosas que caminan en el mundo
      Para llenar el corazón de gozo".

      "¿Y cuál es la más dichosa?", dijo Cumhal,
      "¿Dónde todos son dichosos y hermosos?
      ¿Es a estos que con incensarios de oro
      Está cantando sobre la madera?"

      "Mis ojos parpadean", dijo Dathi,
      "Con los secretos de Dios medio ciego,
      Pero puedo ver donde va el viento
      Y seguir la vía del viento;

      Y la bienaventuranza va donde el viento va,
      Y cuando este se va estamos muertos;
      Veo la más bendita de las almas en el mundo
      Y él asiente con la cabeza ebria.

      Oh, la bienvanturanza viene en la noche y en el día
      Y hacia donde conoce el sabio corazón;
      Y quien ha visto en la rojez del vino,
      La Rosa Incorruptible,

      Que soñolienta deja caer hojas sobre él
      Y la dulzura del deseo,
      Mientras el tiempo y el mundo están menguando
      En ocasos de rocío y fuego".

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